La Mesa de Prevención ha dado a conocer las conclusiones extraidas de los cuestionarios sobre el alcohol

La Mesa de Prevención de Zumaia es una red que une a diferentes entidades de la localidad con la ciudadanía de Zumaia en general y, en particular, con niños, adolescentes, jovencitos y miembros de su familia. La Mesa se reúne para definir objetivos comunes y comunes entre las instituciones y llevar a cabo programas que puedan incidir en la prevención ciudadana. Como primer paso, elaboraron un cuestionario para conocer los hábitos y actitudes de la ciudadanía en torno al alcohol a nivel local.

El cuestionario se dirigió a personas de 30 a 55 años y se puso a disposición para su cumplimentación en diferentes puntos de la localidad. En total se recibieron 112 respuestas, la mayoría de ellas de padres de menores.

A continuación recogemos las principales conclusiones extraídas de estos cuestionarios:

Preocupación por el consumo

A tenor de las respuestas, existe preocupación sobre el consumo de alcohol que se realiza. Tanto en relación al consumo en adolescentes (85%) como en adultos (81.25%). En este sentido, se preguntó cómo influye el consumo de adultos en el consumo de adolescentes. En el intervalo de 0 a 5 el grado de preocupación era de 3,90.

Por lo tanto, es evidente que existe una preocupación entre la ciudadanía por el consumo de alcohol en la sociedad, y la mayoría es consciente de la influencia que esto tiene en nuestra juventud. Se podría incidir en la prevención desde múltiples ámbitos para reducir el consumo de alcohol o reducir los riesgos legales, escolares … y, por supuesto, sociales. El modelo que los jóvenes reciben de los adultos es uno de los factores más importantes cuando hablamos de prevención. De hecho, de esta manera interiorizan los más pequeños los patrones de consumo.

Hábitos de consumo

Las siguientes preguntas del cuestionario se referían a los consumos de cada uno de ellos. Aunque el 57.14% dice que normalmente no bebe alcohol, luego, cuando se les pregunta cuándo y cuánto alcohol beben, se ve que quien dice que no bebe habitualmente consume alcohol los fines de semana y festivos. Llama la atención hasta qué punto está normalizado el consumo de alcohol, ya que a quien bebe alcohol cada fin de semana no le parece que "normalmente" lo hace, sino que hace un consumo puntual. Y eso baja mucho la percepción de riesgo respecto al alcohol.

En cuanto a los tipos de bebidas alcohólicas que se consumen, existe una gran diferenciación entre días y horas. Entre semana se consumen bebidas de baja graduación (sidra, vino y cerveza) sobre todo en las comidas. Además de las comidas los fines de semana, también se bebe en otros momentos del día (mañana, tarde y noche) y aparecen licores y/o combinados. En fiestas o días puntuales, además de aumentar la cantidad de alcohol que se consume, los combinados se consumen mucho más.

Alcohol y ocio

Otro de los ámbitos analizados ha sido el de ocio, en el que se preguntaba cuánto tiempo dedicamos al ocio a los momentos en los que el alcohol está presente, si uno bebe alcohol o no. Además, se pregunta cuánto tiempo compartimos en esos momentos con los menores. Los momentos en los que el alcohol está presente son principalmente: entre semana, por la tarde, los fines de semana, las comidas, por la tarde y por la noche, y las fiestas por la mañana, las comidas, la tarde y la noche. En general, muchos de estos momentos se comparten con menores.

Alcohol y adolescentes

En cuanto a los hábitos de ocio, se han recibido varias respuestas: pasear, leer, estar con los amigos, hacer deporte, estar con la familia, ir al monte playa, estar con los niños, viajar, ir al cine, ir al teatro … Pero también han aparecido a menudo: beber, poteo, tomar un pintxo y un vino, ir al bar, tomar un trago, un par de botes, … También se han recibido algunas respuestas llamativas: mientras los niños juegan al bar.

Al igual que en la sociedad, en Zumaia existe preocupación por el consumo de alcohol por parte de adolescentes y jóvenes. Pero, al igual que en otros muchos temas, la responsabilidad del adulto y especialmente de la familia a la hora de transmitir actitudes y hábitos de consumo de alcohol es enorme. A través de los centros educativos se realiza una importante labor de prevención, pero no se puede dejar todo en sus manos, ya que si se ve la necesidad de realizar esta tarea, la familia es un espacio natural e incomparable. Los padres tienen una gran influencia en sus hijos desde que son pequeños, por eso si se transmite un modelo saludable de ocio, será más fácil que los adolescentes también actúen en consecuencia.