Paseos que dejan huella

15/10/2025

El otoño tiene algo especial. Las hojas caídas alfombran las calles mientras los tonos ocres, marrones y rojizos tiñen el paisaje.

Aunque para algunos sea una estación melancólica, nos regala imágenes, aromas y sensaciones extraordinarias.

La mejor forma de disfrutar de todo ello es caminando. Y no hay lugar mejor que Zumaia, enclavada en un paraje privilegiado de la costa guipuzcoana, en la bahía donde confluyen los ríos Urola y Arroaerreka. Con su infinidad de rutas para pasear, no hay excusa para quedarse en casa: siempre encontrarás un recorrido ideal para conocer la esencia de este rincón costero.

Entre los muchos itinerarios posibles, te recomendamos el más urbano: un paseo tranquilo y accesible que bordea la ría hasta llegar a la desembocadura del Urola.

Este camino recorre una zona que antaño fue uno de los principales focos de actividad naval del norte. En su primer tramo atravesarás el antiguo muelle y los terrenos ganados al cauce, hasta alcanzar el espigón conocido como la punta del faro. De regreso, puedes cruzar al otro lado de la ría para contemplar los astilleros, el puerto deportivo y la marisma, junto al Museo Zuloaga, hasta llegar a la nueva escollera.

El recorrido puede hacerse completo a pie —ida y vuelta—, aunque en los meses de verano existe una opción aún más atractiva: completar el trayecto en la embarcación que conecta el muelle Txomin Agirre con la playa de Santiago.

Te invitamos a realizar este paseo sin prisas, saboreando cada paso. Por el camino podrás sumergirte en la vida cotidiana de los zumaiarras: ver a los vecinos pescando o paseando a orillas del río, admirar los productos locales de los comerciantes, escuchar las charlas en las tabernas y el bullicio de las gaviotas. Esa mezcla del viento salado del mar con el aroma dulce del campo despertará tus sentidos y te envolverá en una serenidad única.

Mientras caminas, descubrirás fósiles atrapados en las piedras del pavimento y en los muros de los edificios, junto a pequeños tesoros escondidos en cada rincón. Es un viaje entre la geología y la historia, donde las piedras de Zumaia narran el paso del tiempo y revelan vestigios de un pasado fascinante.

Porque este paseo no es solo un recorrido: es una experiencia que invita a conectar con la naturaleza, con la comunidad y con la paz interior.

Acompañado por los susurros del río y del viento, al finalizar el camino comprenderás que cada paso dado en Zumaia deja una huella pequeña, pero imborrable. Una huella que, aunque se borre en la arena, permanecerá para siempre en tu memoria.